Inauguración de la exposición «Sorolla y el conde de Villagonzalo. Una conversación inédita»

El 1 de julio de 2024 se ha inaugurado la exposición «Sorolla y el conde de Villagonzalo. Una conversación inédita», que cierra el programa expositivo que, durante el último año, ha conmemorado el centenario del fallecimiento del Joaquín Sorolla Bastida (1863-1923) en el Museo Sorolla.

Realizada en colaboración con el Archivo Histórico de la Nobleza, la muestra saca a la luz los descubrimientos realizados en verano de 2023 y los contextualiza con la documentación que salvaguarda el Museo Sorolla. La exposición comisariada por Noemí Lozano, conservadora del Museo Sorolla, y Mara López-Villalta, conservadora del Archivo Histórico de la Nobleza, destaca el retrato realizado por Sorolla de la hija del Conde de Villagonzalo en 1907.

La muestra reúne las cartas de Sorolla encontradas en el Archivo Histórico de la Nobleza, con las cartas del conde de Villagonzalo, conservadas en el Archivo del Museo Sorolla. En esta correspondencia podemos apreciar como Sorolla y el conde de Villagonzalo acuerdan las citas para las sesiones de posado de la modelo, también aportan detalles sobre la evolución de la obra y el proceso creativo de del artista. Además, nos da pistas sobre otros encargos que compaginaba con la realización de este cuadro, como el retrato de Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas. Las cartas también han permitido conocer más a fondo la figura del conde de Villagonzalo y las obras que Sorolla realizó para él.

A Sorolla y al conde de Villagonzalo no les unía sólo una relación profesional. Finalizado el retrato de María Luisa Maldonado, esta correspondencia continúa mientras el pintor se desplaza a La Granja de San Ildefonso para llevar a cabo uno de sus encargos más esperados: los retratos de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg.

La carta más significativa esta datada el 5 de julio. En ella Sorolla escribe al conde acusando el recibo del pago por su cuadro y aprovecha la carta para contarle con todo lujo de detalles como estaba pintando estos retratos. Para apoyar esta descripción realiza dos dibujos en los que se puede apreciar perfectamente la idea del artista. Como evidencia de que la relación de amistad entre los dos debió de ser grande, Sorolla aprovecha para contarle al conde sus impresiones sobre la monarca consorte alabando sus cualidades y su dominio del castellano.